Eran las 9:17 de la mañana de un 31 de diciembre radiante, con un sol dorado acariciando los campos que rodeaban Silvania. Un cielo azul pincelado con nubes naranja en varias tonalidades parecía anunciar que ese día tendría algo especial. Kike, inspirado por la serenidad del entorno, escribía en su blog mientras los pájaros ofrecían un concierto matutino. El aroma del café recién hecho impregnaba el aire, cuando su celular interrumpió el momento.
Era doña Yosmary, una vieja amiga desde Bogotá.
—¡Buenos días, doña Yosmary! Qué milagro escucharla. ¿En qué le puedo ayudar?
—Voy camino a Fusagasugá con mis hijos y mi nieta, y me encantaría pasar a saludarlo y conocer su casa. También necesito un hotel cercano, ¿puede recomendarme alguno?
Kike prometió investigar y llamó a varios amigos dueños de hoteles. Todos le dieron la misma respuesta: "Estamos copados por la temporada". Al comentarlo con su esposa Linda, ella, con su serenidad característica, le aconsejó esperar. "Deja que todo fluya", dijo mientras ofrecía una sonrisa que parecía contener un secreto que aún ni Kike comprendía.
Pasaron las horas hasta que, a las 3:06, Yosmary volvió a llamar:
—Kike, estamos a punto de llegar a Silvania.
Kike salió al encuentro con entusiasmo. A pocos metros, los vio por primera vez en mucho tiempo: Yosmary, sus hijos Daniel y Andrea, y la pequeña Valeria. Sin embargo, algo en ellos parecía diferente. Había un aire crepuscular en su semblante, como si cargaran un peso invisible.
Cuando llegaron a la casa, Linda los recibió con su calidez habitual, sirviéndoles un tinto aromático de la región acompañado de arepas. Pero el silencio persistía, un silencio que no era incómodo, sino lleno de misterio. Algo se gestaba en el aire, como si el universo tuviera un mensaje oculto para todos.
Finalmente, Kike rompió el hielo:
—¿Están bien? ¿Pasa algo?
Fue entonces cuando Yosmary confesó la verdad: habían sido víctimas de una estafa. Habían reservado un hotel inexistente en Chinauta, pagando una suma considerable por adelantado. Cuando Andrea intentó confirmar los detalles esa mañana, el supuesto encargado había desactivado su celular, dejándolos a la deriva.
—No sabíamos qué hacer —dijo Andrea con voz quebrada—. Pensamos que esta noche la pasaríamos quién sabe donde.
Sin pensarlo dos veces, Kike y Linda les ofrecieron quedarse en su casa. En ese instante, los ojos de los invitados recuperaron un brillo perdido, como si una luz divina les hubiera devuelto la esperanza.
Esa noche, alrededor de la mesa, compartieron historias y reflexiones. Andrea narró cómo había planeado viajar a la Feria de Cali, pero una enfermedad repentina lo impidió, y ahora, de forma inesperada, se encontraba en Villa de las Bendiciones.
Kike también reflexionó en silencio: un año atrás, jamás habría imaginado vivir en esa casa paradisíaca, rodeado de naturaleza y escribiendo su primer libro. Todo parecía responder a un orden divino, a un plan mayor que ellos apenas comenzaban a comprender.
A la medianoche, mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo, Kike observó a su familia y amigos reunidos. Sintió que ese momento encapsulaba una enseñanza profunda: la vida siempre tiene giros inesperados, y lo que parece un contratiempo puede convertirse en una bendición.
Al día siguiente, después de explorar los encantos de Silvania, sus invitados partieron rumbo a Bogotá, agradecidos y llenos de nuevas energías. Antes de partir, doña Yosmary le compró a Kike un ejemplar de Historias que inspiran la imaginación, donde Kike le plasmó una dedicatoria a ella, sus hijos y su nieta. Justo cuando se despidieron, llegaron Carmencita y Jhonny, dos amigos entrañables, como si el universo tuviera más sorpresas reservadas para ese mágico comienzo de año 2025.
Esta historia continuara.........
Reflexión:
Esta historia nos recuerda que la vida está llena de giros inesperados y sincronías perfectas. A veces, lo que parece un contratiempo es en realidad una bendición disfrazada. Nos enseña la importancia de la resiliencia, la generosidad y la fe en que todo ocurre en el momento preciso, según el orden divino que Dios y el cosmos han dispuesto para nosotros.
Y tú, lector, ¿qué mensaje oculto crees que tiene este final de año para ti?
2 comentarios:
Depende de cada persona como convierte cada situación, en un milagro o una desgracia. En este caso ellos perdieron su dinero pero ganaron una noche especial acompañados de seres extraordinarios y eso no tiene precio.
Atentamente Nina
todo sucede porque Dios lo permite y apareja las cosas cuando las ponemos en sus manos , grande Kike con su generosidad
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