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domingo, 13 de abril de 2025

#“La Villa de las Palabras Invisibles: Crónicas de un Escritor y su Soledad”





  Mi vieja máquina de escribir Brother 750 Deluxe, compañera incansable, junto a mi primer libro publicado. Inspiración que vive y respira en cada palabra que comparto con ustedes.

En Villa de las Bendiciones, entre amaneceres dorados y atardeceres de leyenda, descansa mi vieja máquina Brother. Fue ella la que, con su sonido nostálgico, me susurró la idea de este blog.

Cada tecla presionada era un latido. Cada palabra escrita, un susurro al viento. Así nació Historias que Inspiran la Imaginación, ese primer libro que hoy ves rodeándola como testigo fiel de mis sueños hechos papel.

Esta imagen, que aquí comparto, no es solo una foto. Es un símbolo. La prueba de que las ideas no mueren si alguien las teclea, aunque sea en una máquina antigua… porque las palabras bien escritas viajan en el tiempo.

Aquí comenzó todo.

Aquí empieza cada historia que lees.  

Érase una madrugada encantada, un domingo 13 de abril, en un rincón escondido de Colombia llamado Villa de las Bendiciones, donde el tiempo parece detenerse y las estrellas vigilan desde su trono invisible. El viento traía consigo un susurro antiguo, como si la tierra misma narrara secretos a quien supiera escuchar. Eran exactamente las 12:33 am cuando Kike, escritor de alma vieja y soñador de ojos brillantes, enfocó desde su ventana una escena peculiar: su hijo Juanpis, como sonámbulo, bajaba a la cocina, guiado por un apetito misterioso. Allí, como quien sigue un mapa invisible, encontró unas galletas que su abuela le había enviado días atrás.

Se sentó junto a una reliquia de otra época: la vieja máquina de escribir de Kike, testigo fiel de historias tejidas en los años 80, cuando él llenaba papeles con promesas y escrituras que la gente bien le pagaba en la Notaría. Hoy, 35 años después, Kike renacía como narrador de amaneceres, tallando relatos que pretendían inspirar al mundo entero desde ese rincón de promisión.

La noche anterior, tras cuatro horas de incesante escritura, había terminado un blog titulado “Una Historia de Sueños, Señales y Destinos Cruzados en Silvania, Tierra de Promisión”, donde narraba cómo, después de ocho días de peripecias y una cita esquiva, logró entrevistarse y tomarse una foto con el alcalde Dr. Ricardo Pulido. Pero aquel encuentro iba más allá de una simple imagen; era para Kike una declaración de su propósito: demostrarle al alcalde —y al mundo— su don de desentrañar los misterios y encantos ocultos de Silvania, Colombia… y más allá.

Kike había sentido en carne propia, con cada historia, que Silvania estaba envuelta en un embrujo antiguo, un secreto guardado bajo la tierra y entre los árboles, que solo alguien con su sensibilidad podría descifrar. Por eso soñaba con ser parte de la alcaldía, no solo por un ingreso extra, sino para completar su misión: matar la tristeza de vivir alcanzado y, al mismo tiempo, exorcizar sus demonios escribiendo.

En Villa de las Bendiciones, donde amaneceres despiertan sueños y atardeceres guardan secretos, Kike invitaba a lectores invisibles a navegar mundos donde la realidad se mezcla con la fantasía, y cada narración abría portales a otras dimensiones. Fue entonces cuando comprendió que sus relatos no eran sólo historias, sino una autobiografía en clave.

Nadie, salvo él, podía enfrentar la página en blanco, ese abismo que devora palabras y escupe verdades. Descubrió la delgada línea entre la cordura y la demencia, donde las ideas se reproducen como conejos bajo la luna llena, y la soledad y el frío de la noche se vuelven compañía fiel. Así, como los escritores de todos los tiempos, Kike caminaba ese límite brumoso entre lo normal y lo mágico, entre la vigilia y el delirio.

En esos desvelos, su primer libro, “Historias que Inspiran la Imaginación”, le recordaba que las hazañas más grandes no nacen de los momentos épicos, sino de los pequeños actos valientes de cada día. Personajes anónimos, resilientes y soñadores, que enfrentan la vida con bondad, constancia y amor, lo acompañaban como viejos amigos imaginarios. A través de esas páginas, descubría el poder de las decisiones pequeñas que, como semillas invisibles, cambian destinos.


(Mi vieja máquina de escribir Brother 750 Deluxe, compañera incansable, junto a mi primer libro publicado. Inspiración que vive y respira en cada palabra que comparto con ustedes.)

Cada noche, al ver su antigua máquina de escribir, Kike encontraba la metáfora perfecta de su oficio solitario. Sus blogs viajaban como mensajes embotellados lanzados al mar de internet. La mayoría se hundían en el olvido silencioso, sin una palabra de regreso. Pero como todo buen hechicero de las letras, sabía que en algún rincón, alguien los encontraría, y tal vez, con suerte, cambiaría su mundo un poco.

Así continuaba Kike, cronista de almas anónimas y paisajes embrujados, escribiendo para vencer la soledad, para domar sus demonios, y para recordarnos que incluso en los rincones olvidados de un país pequeño, existen historias capaces de despertar gigantes dormidos.

sábado, 4 de enero de 2025

#Bajo el sol mágico del primer día

 

Era el amanecer del 1 de enero, y Bogotá parecía haber caído bajo un hechizo. La ciudad, usualmente bulliciosa, amanecía tranquila, cubierta por un aire frío de 8 grados que cortaba las mejillas, pero con un cielo despejado que prometía aventuras. Desde la ventana, en Suba, Jhonny Alberto Moreno observaba la luz dorada que comenzaba a pintar los tejados. El viaje que tenía por delante vibraba en su mente como una melodía emocionante. Su bicicleta, recién ajustada en el taller, esperaba ansiosa por enfrentar las pendientes y descensos que lo llevarían a Silvania, al corazón de Villa de las Bendiciones, donde Kike y Linda, sus entrañables amigos, lo recibirían.

Carmenza Moreno, su madre y compañera de aventuras, también se preparaba para el trayecto. Ambos sabían que este no era un simple viaje; era una conexión con algo más grande, un ritual que parecía abrirse paso entre el tiempo y el espacio.

Mientras Jhonny recorría las vacías calles de Bogotá, sentía el latido de la ciudad bajo sus ruedas. Había algo místico en esa paz inusual del Año Nuevo: el aire fresco, las avenidas despejadas, los primeros rayos de sol abrazando los edificios. En el terminal, Carmenza subió a un bus casi vacío, una escena extraña para ser temporada alta. Jhonny, decidido a no dejarse vencer, partió con su bicicleta, persiguiendo el horizonte.

El camino estaba lleno de desafíos. La subida al Alto de Rosas probó su resistencia, mientras que el descenso, con sus vientos caprichosos y las sombras proyectadas por los conos en la carretera, le exigía una concentración absoluta. Cada curva parecía un susurro del viento, una advertencia, un desafío. En un momento, una ráfaga fuerte lo tambaleó, y por un instante, el tiempo pareció detenerse. ¿Qué habría pasado si perdía el equilibrio? Pero Jhonny, con el corazón latiendo como un tambor, retomó el control, una sonrisa de victoria dibujándose en su rostro.

Al llegar a Silvania, la magia del lugar lo envolvió. A 1,470 metros sobre el nivel del mar, este rincón escondido parecía un portal a otro mundo. Los cafetales y los frutales daban la bienvenida con un aroma dulce, y el calor abrazaba como un amigo perdido. Carmenza lo esperaba con una sonrisa que hablaba de orgullo y alivio. La conexión entre madre e hijo, reforzada por la aventura, brillaba como un faro en ese día especial.

Villa de las Bendiciones era un refugio perfecto. Kike y Linda los recibieron con calidez, y pronto el lugar se llenó de risas, anécdotas y desconexión del mundo. Fue entonces cuando Kike sorprendió a Jhonny y a su madre con un regalo especial: una dedicatoria en el libro "Historias que inspiran la imaginación".


—A Carmencita y su hijo, amigos que han inspirado mi imaginación y mi corazón —leyó Kike con voz solemne, arrancando sonrisas y lágrimas de emoción—. Este capítulo es un homenaje a su fuerza, su amistad y los momentos inolvidables que hemos compartido.

El día continuó con un festín preparado por Linda: arroz, carne, papa salada, plátano frito y un jugo de zanahoria que parecía haber capturado la esencia misma del sol. Entre juegos de parqués y conversaciones llenas de esperanza, la noche cayó suavemente sobre Silvania.

Antes de dormir, Jhonny tomó el libro de Kike y comenzó a leer. Cada página era un espejo, un recordatorio de que las verdaderas aventuras no están en los destinos, sino en los corazones que se conectan a lo largo del camino.

El día siguiente prometía más desafíos: correr con su madre entre los senderos mágicos de Silvania. Pero Jhonny sabía que cada paso, cada kilómetro recorrido, era más que una prueba física. Era un recordatorio de la fuerza del espíritu, del amor incondicional de su madre, y de la magia que habita en los pequeños momentos de la vida.

Esta historia nos recuerda que la vida es una serie de aventuras que se despliegan entre los desafíos del camino. No importa cuán empinado sea el sendero o cuán fuerte sople el viento; lo importante es avanzar con el corazón lleno de determinación y amor. Cada viaje, cada experiencia, se convierte en un capítulo de nuestra propia historia. Atrévete a vivirla al máximo, rodeado de las personas que amas, porque al final del día, son los momentos compartidos los que realmente nos llenan de vida y nos inspiran a seguir adelante.

Esta historia, continuará..........

lunes, 25 de noviembre de 2024

#Colibríes en Vuelo: Maryi, el Renacer de un Alma Valiente


La vida a menudo se asemeja al vuelo de los colibríes: aleteos veloces, giros inesperados y la constante búsqueda de néctar entre espinas y flores. Así comenzó mi historia, cuando a los 15 años dejé atrás la escuela para dedicarme a trabajar con mi mamá y mi padrastro en la finca. Ellos eran mi refugio y mis cómplices en una rutina que parecía estable, hasta que un encuentro inesperado me mostró que los colibríes también deben enfrentarse a tormentas.

El Encuentro que Cambió Todo
A mis 17 años, conocí a un muchacho. Apenas una semana después, me pidió ser su novia, y acepté con la ilusión de quien ve abrirse un nuevo capítulo. Aunque nuestra relación duró solo un mes, sus visitas nocturnas alteraron la calma de mi hogar. Una noche, mi padrastro, molesto por mi tardanza, cerró la puerta de manera tan contundente que creí que me había dejado fuera. Aterrada y sin saber qué hacer, decidí irme con él.

Con la ayuda de una amiga, encontré refugio, pero mi corazón anhelaba reconciliarme con mi familia. Después de conversaciones llenas de emociones, mi mamá aceptó que regresara con él. Durante un breve tiempo vivimos en su casa, pero la vida seguía cambiando de rumbo, como el vuelo caprichoso de los colibríes.

Vueltas del Destino
Mudanza tras mudanza, la estabilidad se volvía un espejismo. A pesar de las dificultades, mi corazón encontró motivos para seguir adelante: el anuncio de mi primer embarazo llenó nuestros días de una dulce esperanza. Sin embargo, la alegría no fue suficiente para calmar las tempestades de nuestra relación. Las carencias económicas y el desgaste emocional marcaron ese periodo de mi vida. Aun así, el nacimiento de mi hija el 14 de marzo de 2020 iluminó mi mundo con colores nuevos.

Con cada mudanza, enfrentábamos nuevos desafíos. Aunque intentamos mantenernos a flote, su creciente irresponsabilidad y la falta de apoyo nos hundían más. Mi corazón seguía luchando, anhelando que él cambiara, pero con cada día parecía alejarse más del hombre que había conocido.

Entre Sombras y Luz
El nacimiento de nuestro segundo hijo, en junio de 2021, trajo consigo nuevos desafíos. Su comportamiento empeoró, hasta el punto de volverse agresivo. Mi vida se llenó de miedo, pero también de fuerza. Cada golpe, cada palabra hiriente, era un recordatorio de que no podía quedarme en la oscuridad. El momento más aterrador llegó cuando, por culpa de sus enemigos, fui secuestrada y golpeada. Aunque el trauma dejó cicatrices, también encendió en mí una determinación inquebrantable: proteger a mis hijos y encontrar un lugar seguro.

Finalmente, la situación llegó a un punto crítico. La violencia escaló al nivel en que mi familia tuvo que intervenir. Fue entonces cuando comprendí que no podía seguir así. La policía, mis padres y mi instinto me dieron el impulso para decir "basta". Con valentía, recogí lo poco que tenía y emprendí el vuelo hacia un nuevo comienzo.

Un Vuelo Hacia la Libertad
Los colibríes, a pesar de su fragilidad, son símbolo de fortaleza. Así me sentí mientras dejaba atrás una vida llena de dolor para construir una nueva. Encontré apoyo en mi familia y volví a conectarme con la mujer fuerte y decidida que siempre había sido. Ahora, mientras miro hacia el futuro, veo un horizonte lleno de posibilidades, un lugar donde mis hijos puedan crecer rodeados de amor y seguridad.

Esta historia no termina aquí. Como los colibríes que siempre encuentran una flor más, sé que mi vuelo continúa. En cada desafío, encuentro una nueva oportunidad para florecer, y aunque mi historia ha sido difícil, también es un testimonio de resiliencia y esperanza.

Reflexión: Resiliencia y Esperanza

La historia de Maryi nos recuerda que la vida, aunque desafiante, nos brinda la oportunidad de aprender y crecer. No importa cuán oscura sea la noche, siempre llegará el amanecer.

Esta historia continuará…

sábado, 16 de noviembre de 2024

#El Faro de Esperanza de Kike


 Era un anochecer de calma tras una tarde de lluvia torrencial en una región bañada por ríos de aguas cristalinas, nacidos de las montañas que, con las lluvias, aumentaban su caudal con furia majestuosa. A 600 metros de Silvania, en una casa con una vista privilegiada hacia una naturaleza exuberante de palmeras tropicales, árboles frutales y flores multicolores, Kike disfrutaba de la armonía que solo un paraíso terrenal podía ofrecer.

El canto de los grillos componía una sinfonía que envolvía en paz interior. Había terminado de almorzar un plato inusual para su rutina: frijoles cabecita negra, preparados sin olla a presión, acompañados de carne, plátano verde, cebolla, ajo y tomate al vapor. Todo fue servido con arroz integral con verduras y un jugo fresco de zanahoria. Aquella comida no solo llenó su cuerpo, sino que, al sentarse a escribir, sentía cómo su espíritu se nutría también.

Esa noche, Kike reflexionaba sobre los tres deseos que solo él y Dios conocían. Uno ya se había cumplido seis meses atrás; el segundo estaba en camino, esperando su momento justo; el tercero, aunque más distante, lo había dejado en manos del Universo. Mientras meditaba, cayó en cuenta de una conexión especial que había comenzado a notar en su vida: la recurrencia del número 9 y los múltiplos de 3.

El Poder del Número 9 y Su Significado Bíblico

Según la Biblia, el número 9 simboliza plenitud y perfección divina. Es el número de los frutos del Espíritu mencionados en Gálatas 5:22-23, y representa la realización de los planes de Dios. Para Kike, estas asociaciones no eran casualidad. Cada vez que sumaba los números significativos de su vida, siempre encontraba el 9 o el 3, reafirmando su convicción de que estaba en sintonía con algo mayor.

Nació el 5-12-1963: al sumar las cifras y dividir, daba 3. Su libro tenía 48 capítulos: 4+8 = 12, dividido por 3. Incluso el precio de su libro reflejaba esta conexión: 18 euros la versión física y 9 la digital. Kike recordaba con asombro que cuando escribía después de despertarse a las 3:33 a.m., las ideas fluían con una claridad inusual, casi mágica.

Tesla y las Llaves del Universo

Kike también se inspiró en Nikola Tesla, quien consideraba al 9 como la clave del Universo. Tesla vivía obsesionado con los múltiplos de 3, un patrón que veía en la naturaleza y en las leyes fundamentales de la realidad. Esto resonaba profundamente en Kike, quien había adoptado hábitos para alinearse con este número mágico. Entrenaba 18 kilómetros, hacía 15 o 18 repeticiones en ejercicios, y, al llegar a casa, daba tres vueltas alrededor antes de entrar.

Esta disciplina no era superstición; era un recordatorio constante de su conexión con lo divino y con el orden universal.

Transformación a Través de la Fe y la Autoexploración

En los meses recientes, Kike había enfrentado un desafío inesperado: la ausencia de su esposa e hijo, quienes estaban acompañando a su suegra en una delicada operación. Los primeros días fueron difíciles, pero pronto transformó la soledad en una oportunidad para crecer. Se sumergió en la lectura de la Biblia, donde encontraba mensajes de sabiduría, y en obras literarias que le prestaban en la biblioteca local.

Kike aprendió a canalizar sus emociones a través de la escritura, la meditación y el atletismo. En los momentos más difíciles, recitaba mantras y se refugiaba en la práctica del yoga, fortaleciéndose tanto física como espiritualmente. Con el tiempo, la autodisciplina y la fe en sí mismo le permitieron superar obstáculos que parecían insuperables.

Una Enseñanza para Todos

La historia de Kike nos enseña que, al confiar en nosotros mismos y en un propósito mayor, podemos superar las adversidades más grandes. Así como el número 9 se alinea con la perfección divina, nuestras vidas pueden alinearse con el éxito y la realización si encontramos la libertad y la creatividad en nuestro interior.

Tal como decía Tesla, "Si supieras la magnificencia del 3, 6 y 9, tendrías la llave del Universo". Kike es un faro de esperanza que nos invita a buscar esa llave dentro de nosotros mismos.

viernes, 16 de agosto de 2024

#"El Amigo de los Sueños: Una Historia Entre Mundos"

 

Érase una vez Jaimito, el Mejor, quien mantenía una amistad afectuosa con un amigo muy especial. Este amigo no era de este mundo; provenía de otra dimensión, y Jaimito lo reconocía solo en sus sueños. Cada noche, esa figura familiar aparecía, pero al despertar, la imagen se desvanecía. No sabía quién era, pero sentía que se camuflaba entre la sociedad, oculto bajo la apariencia de un humano común. Solo en sus sueños se manifestaba verdaderamente.

Anoche, en un sueño, Jaimito lo vio nuevamente. Esta vez, su amigo se encontraba en una situación difícil, atrapado en una prisión que no era para criminales, sino un laberinto bien custodiado del que nadie había escapado jamás. Sin embargo, Jaimito tenía la certeza de que podía ayudarlo a liberarse, y así lo hizo, ideando una solución ingeniosa que permitió a su amigo escapar. La gratitud de su amigo fue inmensa, y Jaimito sintió una profunda felicidad por haberlo liberado de esa prisión imposible.

Todo parecía perfecto, pero pronto se dio cuenta de que había cámaras de seguridad que registraron su acto. El temor de ser capturado por la policía comenzó a crecer en su interior, sabiendo que esas imágenes eran la prueba de su intervención. Sin embargo, al reflexionar, decidió que no le importaba; estaba preparado para enfrentar las consecuencias.

Entonces, la Divina Providencia intervino. La mujer que monitoreaba las cámaras de seguridad borró el momento en que Jaimito ayudó a su amigo a escapar. Jaimito quedó intrigado, preguntándose quién era esa mujer y por qué lo había ayudado. Justo en ese momento, despertó, y la imagen de su amigo desapareció una vez más. Pero una cosa estaba clara: ese amigo, aunque disfrazado de humano, venía de otro mundo, y su conexión trascendía la realidad.

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