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miércoles, 12 de marzo de 2025

# "El Martes de las Coincidencias"


 Era un 11 de marzo en una mañana tibia y radiante. El reloj marcaba las 5:40 a.m., y el cielo azul con pinceladas de naranja en sus nubes blancas anunciaba un día especial. En Villa de las Bendiciones, un lugar donde el tiempo parecía detenerse, la sinfonía celestial del canto de los gallos y los pajaritos de colores acompañaba el despertar de Kike.

Abrió los ojos con la mente despejada, dispuesto a comenzar su ritual matutino: meditación, oración y autoobservación. Luego de elevar sus plegarias, se asomó a la ventana y observó una escuadra de aves migratorias surcando los cielos. Con la certeza de que ese martes le traería sorpresas, pidió inspiración para escribir historias que tocaran almas.

Cumplió con los deberes del hogar y dedicó una hora a su maratón de lectura, donde los relatos de Gabriel García Márquez lo transportaban a otros mundos. "¡Qué gran maestro!", pensaba, sintiendo la presencia de Gabo a su lado, como si le susurrara secretos de la narrativa.

A las 10:17 a.m., comenzó a llamar a sus amigos para contarles sobre su nuevo libro. Eduardo, su hermano, fue el primero en contestar y no dudó en comprar un ejemplar. Luego, contactó a Carlos Cárdenas, defensor de los suelos en Silvania, quien le solicitó un blog sobre su causa. Kike aceptó con gusto, pidiendo unos días para entregarlo.

A las 10:54 a.m., marcó a su amiga María Tellez, con quien compartió una amena conversación sobre su nueva faceta como escritor. Sin embargo, varias de sus llamadas quedaron sin respuesta. Fue entonces cuando un presentimiento le estremeció el corazón: tenía pendiente hablar con Marlen.

A las 11:28 a.m., llamó y, al primer timbrazo, ella contestó con asombro:

—¡Kike, justo estaba pensando en ti! Esta mañana, mientras trotaba por el parque San Cristóbal, vi a un atleta que se alejaba y por un instante creí que eras tú. Aceleré el paso para alcanzarte, pero cuando lo logré, me llevé una desilusión. No eras tú... Pero no perdía la esperanza de saber de ti. Horas después, tu llamada me sorprendió.

Kike sintió un escalofrío de emoción. ¡Era como si sus pensamientos hubieran tejido un puente invisible entre ellos! Marlen le prometió que hablaría con sus compañeros del grupo de atletismo para visitarlo y comprar su libro.

Animado por la charla, Kike contactó a Maticas, quien lo felicitó efusivamente y le pidió un ejemplar con dedicatoria para su familia. Luego, envió mensajes a Luz Marina y Adelita, quienes también le hicieron pedidos.

Por la tarde, a las 5:30 p.m., llamó a su amigo Jorge Iván en Medellín, con quien no hablaba desde 1992. La conversación evocó recuerdos entrañables, especialmente sobre William, el hermano de Jorge, quien había confiado en Kike en el pasado. —Mándame cuatro ejemplares mañana mismo—, le pidió Jorge Iván antes de entrar a una reunión.

A las 7:00 p.m., Kike llamó a don José, presidente del Club Deportivo Chaskis, quien también le expresó su apoyo y le encargó un libro.

Aquella noche, Kike se acostó con una sonrisa de gratitud. La vida lo había sorprendido con conexiones inesperadas, con encuentros que parecían guiados por un hilo invisible del destino. Mientras cerraba los ojos, se preguntó qué nuevos misterios le depararía el día siguiente.

… Esta historia, continuará.

lunes, 3 de marzo de 2025

El Umbral de los Sueños: El Nacimiento de 'Historias que Inspiran la Imaginación'


 Era un viernes 16 de agosto de 2024 en Villa de las Bendiciones, un lugar donde el tiempo parecía detenerse. A las 3:30 a. m., Kike despertó de un sueño que trascendía su manera de ver la vida. Durante varias noches había visto a un amigo en un mundo paralelo, un lugar donde todo era posible. En sus sueños, aquel amigo lo guiaba hacia una puerta misteriosa. Al mirar atrás, Kike veía nubes blancas flotando en un cielo infinito; al abrir la puerta, un paisaje de ensueño aparecía ante él: una playa de arena dorada con palmeras danzantes y un amanecer que iluminaba el horizonte con colores imposibles.

Sin embargo, esa noche el sueño fue distinto. Su amigo estaba atrapado en un laberinto impenetrable, una prisión custodiada por fuerzas invisibles de la que nadie había escapado jamás. Kike, sintiendo en su corazón que debía ayudarlo, ideó una estrategia ingeniosa y logró liberarlo. Su amigo lo abrazó con gratitud infinita, pero pronto el miedo se apoderó de Kike: las cámaras de seguridad habían registrado su acto. El peligro de ser descubierto lo hizo sentir el latido acelerado de su corazón.

Entonces, sucedió lo inesperado. Una mujer que monitoreaba las cámaras decidió borrar la evidencia. Kike se preguntó quién era esa extraña aliada y por qué lo había ayudado. Antes de que pudiera obtener respuestas, despertó. Su amigo había desaparecido, pero la sensación de que ese ser no pertenecía a este mundo persistía en su mente.

Aún intrigado, Kike salió a entrenar por los senderos de Villa de las Bendiciones. El canto de las aves acompañaba sus zancadas, y mientras corría, se observaba a sí mismo en cada movimiento. Hizo un circuito de siete kilómetros, pero su mente no podía despegarse del sueño. Al regresar a casa, decidió escribirlo para encontrarle sentido. Investigando su significado, encontró una interpretación reveladora: "Soñar con abrir una puerta a otra dimensión podría significar que estás a punto de tener nuevas oportunidades, culminar etapas o despedirte de personas importantes."

Aquello resonó en su interior. Recordó que en noches anteriores había soñado con una puerta grisácea resplandeciente que lo conducía a una playa al amanecer. Decidió plasmarlo todo en un documento y lo guardó, sin saber que aquel gesto marcaría el inicio de algo grande.

En la tarde, mientras organizaba unas cajas que le había traído don Ricardo desde Bogotá, encontró viejos diarios. Entre esas páginas estaban sus memorias, sus metas, sus pensamientos y reflexiones. Fue en ese instante cuando una chispa se encendió en su interior. ¡Podía convertir todo eso en un libro!

Sin pensarlo demasiado, escribió una carta de motivación para sí mismo, comprometiéndose a transcribir sus recuerdos en documentos. Así nació su pasión por la escritura. Desde aquel día, Kike fue constante, escribiendo sin descanso. A finales de septiembre, al revisar su trabajo, descubrió que ya tenía más de treinta historias. Fue entonces cuando se le ocurrió estructurarlas en un blog y, posteriormente, en un libro. Publicó su primer blog y, poco a poco, fue extendiéndolos en capítulos numerados.

El destino le envió una señal. Al navegar por Facebook, comenzó a recibir anuncios de editoriales. Uno de ellos, LETRAME, llamó especialmente su atención por su enfoque en apoyar a los autores. Movido por la intuición, envió un manuscrito de dieciocho capítulos. Días después, recibió la respuesta que cambiaría su vida:


INFORME DE VALORACIÓN: "Historias que Inspiran la Imaginación"

Buena obra y apta para editar, con estructura sólida y redacción cuidada. Lenguaje evocador y poético, con una narrativa que sumerge al lector en un mundo de sueños y realidades entrelazadas. El tono inspirador y reflexivo invita a la introspección, mientras que la riqueza en la descripción de valores humanos otorga profundidad a la obra.

Recomendamos su publicación.


Kike no podía creerlo. Aquel 16 de agosto marcó el inicio de un sueño, y a finales de septiembre su libro ya había sido aprobado por la editora. Su esfuerzo y dedicación habían dado frutos, convirtiendo su inspiración en una obra que pronto vería la luz.

Pero ¿qué sucedería en los meses siguientes con la edición y publicación de su primer libro? Esa es una historia que continuará...


Reflexión: A veces, los sueños no son solo imágenes fugaces de la mente dormida, sino mensajes que nos guían hacia nuestro destino. Kike descubrió que la clave no estaba en buscar respuestas fuera, sino en escribir su propia historia. Y así, sin buscarlo, encontró su pasión y su propósito.

¡El inicio de un sueño siempre comienza con una pluma y un corazón dispuesto a escribirlo!

domingo, 2 de marzo de 2025

#El despertar de Kike: entre la magia y el destino


 El amanecer del 28 de febrero trajo consigo un resplandor dorado que teñía el horizonte. A las 5:40 a. m., Kike despertó con una energía vibrante, sintiéndose pleno y fortalecido a pesar de los retos que la vida le había presentado. Mientras observaba el infinito desde su ventana, sintió una conexión inexplicable con el universo, como si una fuerza invisible le susurrara al oído: Hoy es un día especial. Sus pensamientos se entrelazaban con la brisa matutina, recordándole que no había razones para quejarse, pues su salud era inquebrantable y su espíritu, indomable.

A las 6:00 a. m., inició su ritual sagrado: tres horas de meditación, yoga, lectura, escritura y ejercicios físicos. Era su forma de prepararse para lo desconocido, para recibir el día con la serenidad de un monje y la determinación de un guerrero. Al finalizar, una llamada interrumpió su momento de introspección. Era Wilson, el ingeniero de la UMATA, quien, con un tono eufórico, le extendió una invitación:

—Te espero el lunes, Kike. Necesito tu ayuda para elaborar un blog sobre la entrega de elementos del campo a las personas que asistieron a las capacitaciones.

Kike sonrió. Trabajar gratis con la Alcaldía de Silvania a través de la UMATA siempre le había llenado el alma. No había dinero de por medio, pero la satisfacción de ayudar era su mayor recompensa.

Luego de desayunar, tomó el teléfono y marcó el número de su padrino, Félix Torres. Desde 1991 no se veían, pero cada fecha especial los unía a través de llamadas cargadas de risas y recuerdos. Su amistad se había forjado en los pasillos de la Notaría Novena y se mantenía intacta con el tiempo. Como siempre, la llamada inició con su tradicional intercambio de apodos:

—¡Hola, Tigre de la Malasia! —exclamó Kike con entusiasmo.

—¡Hola, Gabriel García Márquez! —respondó su padrino, riendo.

Kike sintió una oleada de emoción. Días atrás, algunos amigos ya le habían mencionado que su estilo de escritura evocaba el realismo mágico del maestro Gabo, pero escucharlo de su padrino lo hizo sentir que su obra realmente estaba dejando huella. Félix, con su voz cargada de afecto, le pidió un ejemplar de su nuevo libro Historias que inspiran la imaginación.

—Tus relatos trascienden fronteras, Kike. Tienes magia en tus palabras. Enviémelo con una dedicatoria para mí y para Lucerito. Será un honor leerte.

Con el corazón lleno de gratitud, Kike redactó la dedicatoria:

A mis queridos padrinos, Félix Torres y Luz Amanda Díaz.

A Félix, el Tigre de Malasia, cuya alegría ilumina cada llamada y cuyas palabras son un faro de optimismo. Tu entusiasmo me recuerda que la felicidad es una decisión diaria.

A Lucerito, un alma luminosa, fuerte y admirable. Su fortaleza y su corazón son un refugio para quienes tienen el privilegio de conocerla.

Con gratitud y cariño, Jaime Humberto Sanabria.

Esa tarde, Kike se entregó a los placeres simples: cocinó unas lentejas con cebolla y zanahoria, acompañadas de arroz integral y carne asada de cerdo. Para el jugo, experimentó con guatila, limón y azúcar, logrando un sabor similar al kiwi. Saboreó cada bocado con la certeza de que la vida estaba llena de pequeños milagros.

Al caer la noche, su mente se proyectó hacia el futuro. Marzo sería el mes de la expansión; su libro debía llegar al mundo. Ya había conquistado a su círculo cercano, ahora debía alcanzar a lectores desconocidos, almas que hallarían en sus letras un refugio. Además, al día siguiente, Doña Ligia Madagascar y su esposo lo habían invitado a presentar su libro en el Mirador Artístico de Silvania. Era la oportunidad perfecta para darse a conocer como escritor.

Antes de dormir, sintió una presencia divina envolviéndolo con su manto de paz. Cerró los ojos y sonrió. Mañana será un día 1% mejor que hoy, pensó. Y con esa certeza, se entregó al sueño.

¿Qué aventuras le esperan a Kike en el Mirador Artístico? ¿Qué maravillosas personas conocerá? ¿Cuál será su estrategia para conquistar el mundo con su obra?

Esta historia, continuará...

sábado, 8 de febrero de 2025

# "El Viaje de Kike: Un Día de Encuentros y Destinos"


 Era un jueves 6 de febrero, cuando el sol amaneció entonando su cántico de luz sobre Silvania, tierra de promisión e inspiración. En el parador Choriloco, el aire matinal olía a café fresco y a historias por escribirse. Kike se despidió de Linda con un abrazo cálido. Ella partió hacia la oficina de Interapidisimo de Silvania para enviar dos libros a sus amigos Yaneth Rivera y Gonzalo Jiménez, mientras él abordaba una van del Expreso Bolivariano rumbo a Bogotá.

Kike se sintió lleno de energía, como si la jornada le prometiera sorpresas y enseñanzas. Abrió su ejemplar de "Tónico para el Alma" de Osho y, entre sus páginas, encontró ejercicios de meditación que parecían escritos para él en ese preciso instante. El viaje transcurrió en un parpadeo, y cuando el reloj marcó las 9:40 a. m., ya había llegado a Soacha. En el centro comercial Gran Plaza, se hizo de unas gafas para lectura antes de continuar su travesía en Transmilenio hasta la estación Santander. Desde allí, un transbordo en SITP lo llevó al barrio Olaya, donde esperaba obtener respuestas sobre la presentación de su libro en las ferias de Bogotá. Sin embargo, la jefa de la biblioteca, atrapada en la bruma de la burocracia, no pudo darle información clara. Sabía que, si quería que su sueño se hiciera realidad, tendría que mover influencias y abrirse camino por su cuenta.

Confiando en los vínculos forjados en el tiempo, visitó primero a doña Nohorita, una amiga de años que lo recibió con un abrazo fraterno. Junto a su esposo, Jesús Rincón, le expresaron su alegría por su nuevo libro. Mientras atendía a sus clientes, doña Nohorita habló con orgullo de la magia de Kike para transformar historias en enseñanzas. No dudó en comprarle un ejemplar y Kike le dedicó unas líneas llenas de gratitud:

"A mi entrañable amiga Nohora Rodríguez y su esposo Jesús Rincón, Porque las verdaderas historias no solo se leen, sino que también se sienten, se viven y se comparten..."

Con el corazón ligero y el espíritu enérgico, se dirigió a la óptica de doña Yesni, quien junto a sus hijas Eliana, Catherine e Ivanna, lo recibieron con un cálido abrazo. Entre recuerdos y risas, recordaron los tiempos en que ellas frecuentaban el corresponsal bancario de Kike. Conmovida por la pasión del escritor, Yesni adquirió otro libro, y Kike le dejó una dedicatoria impregnada de inspiración:

"Para mi querida amiga Yesni y sus maravillosas hijas... Que cada historia en este libro encienda en ustedes la chispa de la imaginación y les recuerde que los sueños siempre están al alcance de quien se atreve a creer en ellos..."

Más tarde, en el bullicioso mercado del barrio, saludó a su amiga Ingrid, una emprendedora incansable, quien prometió llamarlo pronto para adquirir su obra. Luego, visitó a Luz Dary Contreras y su esposo Nelson, amigos que, en los momentos difíciles, le habían tendido una mano. Sin dudarlo, ellos también compraron su libro, y Kike les escribió:

"A mis grandes amigos Nelson Aguilera y Luz Dary Contreras, Porque en el camino de la vida y del atletismo, no solo se necesitan fuerzas en las piernas, sino también en el alma..."

Con la satisfacción de haber compartido su mensaje con tres familias más, Kike visitó a sus suegros, donde su cuñada Edith lo sorprendía con un delicioso almuerzo. Entre anécdotas y afecto, le hicieron sentir que su viaje había valido la pena. Su sobrino Miller, en un gesto desinteresado, lo acercó a la estación Centenario, donde abordó un Transmilenio de regreso a Soacha. Desde allí, una flota lo llevó de vuelta a Silvania.

Mientras el autobús surcaba la carretera, Kike meditaba y agradecía. Había sembrado semillas de esperanza y cambio, y sentía en su corazón que lo mejor estaba por llegar.

domingo, 5 de enero de 2025

#Travesías y Susurros en Villa de las Bendiciones

Era un radiante 2 de enero en Villa de las Bendiciones. A las 5:15 a.m., Jhonny despertó con entusiasmo, sabiendo que aquel día estaría lleno de momentos memorables. Tenía planeado un entrenamiento especial junto a su mamá, Carmencita, como la llamaban cariñosamente Kike y Linda, los amables anfitriones de la casa.

Desde el balcón, Jhonny contempló una mañana de ensueño. El cielo, con tonos azules y naranjas, parecía una obra de arte celestial, mientras los pájaros, con plumajes de infinitos colores, se posaban en el jardín, picoteando con alegría. Inspirado por la belleza de aquel amanecer, despertó a Carmencita, y juntos se prepararon para la jornada.

A las 5:45 a.m., salieron con dirección a Silvania, el primer destino de una travesía cunditolimense que Jhonny había planeado durante meses. Era la única época del año en la que podía dar rienda suelta a su pasión por coleccionar anécdotas, fotografías y recuerdos de los pintorescos pueblos de la región. Este año, su madre lo acompañaba en la primera etapa, lo que hacía la experiencia aún más especial.

El recorrido de 14 kilómetros estuvo lleno de paisajes deslumbrantes, esfuerzo compartido y la complicidad única entre madre e hijo. Carmencita, con su espíritu incansable, enfrentaba las pendientes de las montañas con determinación, mientras Jhonny admiraba su fortaleza. Cada paso era una historia, y cada respiro, una lección de vida.

Al regresar a Villa de las Bendiciones, Linda ya tenía listo un desayuno delicioso: huevos revueltos con mazorca, chocolate caliente y arepas recién hechas. La casa irradiaba calidez, y más tarde, alrededor de un almuerzo suculento que incluía arroz, pasta, papa salada, carne, ensalada y un jugo de guayaba, la tarde se convirtió en un festín de recuerdos.

Linda, Carmencita, Jhonny y Kike compartieron anécdotas y rememoraron los momentos más entrañables del 2024. Las risas llenaron la sala mientras cada relato traía consigo un destello de nostalgia y alegría. Era evidente que los lazos de amistad y cariño que los unían eran tan fuertes como las montañas que los rodeaban.

A medida que la tarde se despedía y las estrellas comenzaban a brillar, Jhonny se preparaba para la segunda etapa de su travesía. Al día siguiente lo esperaban retos desafiantes: recorrer Silvania, Fusagasugá y la famosa "Nariz del Diablo", hasta llegar a Melgar, Girardot y finalmente Flandes.

En el aire, entre el susurro del viento y el eco de las montañas, parecía resonar una invitación: "Sigue adelante". Como si la propia Villa de las Bendiciones tuviera secretos esperando ser descubiertos.

Esta historia continuará... 

jueves, 19 de diciembre de 2024

#"Música, Letras y Magia en el Mirador Artístico en Silvania"


 Érase, un atardecer, lunes 16 de diciembre en Silvania, donde la tarde irradiaba un sol dorado que pintaba el cielo con pinceladas de nostalgia y promesas. Un tráfico pesado, como si el tiempo mismo se resistiera a avanzar, frenaba el camino de doña Ligia Marina Másmela y su esposo Germán Pinzón Pineda, quienes se dirigían con ansias al Mirador Artístico de Silvania. El lugar, una joya entre montañas, parecía tener el don de detener la rutina y abrir portales a mundos de inspiración.

Doña Ligia y Germán iban con un propósito especial: encontrarse con Kike, el escritor local cuya obra, "Historias que inspiran la imaginación", había despertado su curiosidad. A las 2:55 p.m., conscientes de que el tiempo se escurría, llamaron a Kike para disculparse por el retraso. La voz de Kike, serena como el murmullo de un río, les respondió:
—Tranquila, doña Ligia. Aquí los espero, sin prisa.

Mientras tanto, el Mirador los aguardaba como un anfitrión discreto, desplegando ante Kike su paisaje de colinas y susurros de viento. Sentado en un rincón, con los ojos cerrados y el corazón en paz, meditaba. El aroma del café recién molido flotaba en el aire, como si la tarde misma quisiera ser testigo del encuentro.

A las 3:18 p.m., el sonido de un motor interrumpió el silencio. Doña Ligia y Germán llegaron al lugar. Al bajar del vehículo, el viento juguetón desordenó sus cabellos mientras sus sonrisas encendían el ambiente. Al acercarse a Kike, ambos lo saludaron con la calidez de viejos conocidos, rememorando el primer encuentro en unas capacitaciones meses atrás.

—Kike, déjame presentarte oficialmente a mi esposo Germán —dijo doña Ligia con orgullo—. Los dos somos músicos, enamorados de la cultura y la educación.

Durante las siguientes dos horas, la magia se tejió en cada palabra. Germán compartió historias de su niñez en Chipa Viejo, evocando su ascenso desde un pequeño pueblo hasta dirigir óperas y zarzuelas en escenarios internacionales. Su voz, acompañada de gestos precisos, parecía arrancar suspiros al paisaje que los rodeaba.

Doña Ligia, por su parte, iluminó la conversación con anécdotas de sus clases de pedagogía infantil, música y danza. Su pasión vibraba en cada palabra, mientras Germán amenizaba con chistes y recuerdos.

Kike, observándolos con admiración, habló de su amor por la escritura, de cómo las páginas de los libros lo guiaron en su juventud y lo llevaron a dar vida a historias que buscaban transformar al lector.
—Escribir es como meditar —confesó Kike—. Encuentras un lugar donde el tiempo no existe y la imaginación es libre de volar.

Cuando Germán sacó los instrumentos, la atmósfera se llenó de notas que parecían bailar entre las montañas. Interpretaron canciones del maestro José Jacinto Monroy, y cada acorde resonó como un eco de las raíces colombianas.

"Que tiene tu mirada" con: Germán Pinzón Pineda y Ligia Marina Másmela Compositor Jacinto Monroy

"Colombia es amor". Con: Germán Pinzón Pineda y Ligia Marina Másmela Compositor Jacinto Monroy

El tinto, servido con esmero, parecía más dulce bajo la influencia de las melodías y las risas compartidas. Fue entonces cuando doña Ligia tomó entre sus manos el libro de Kike, quien le dedicó unas palabras que parecían extraídas del alma misma de Silvania:
"Para doña Ligia, cuya vida es una sinfonía de aprendizaje y arte. Que estas historias sean una inspiración más en su camino."

Al despedirse, doña Ligia y Germán extendieron una invitación para un evento cultural en el mismo mirador, donde poetas, músicos y pintores se reunirían para compartir su arte.

Al día siguiente, un mensaje de doña Ligia llegó al teléfono de Kike:
—Kike, tu libro es un viaje. Cada página me transporta a lugares donde los colores, los olores y los sabores cobran vida. Gracias por compartir tu mundo.

Así, entre música, palabras y montañas, nació una amistad que prometía inspirar a todos los que se cruzaran con su historia.

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