Introducción En 2015, la vida de Nelson dio un giro radical. De llevar una vida sedentaria, se vio impulsado a un cambio que transformó su salud, sus hábitos y, sobre todo, su espíritu. Esta es la historia de Nelson, un hombre que encontró en el atletismo una segunda oportunidad y que nos recuerda la importancia de la actividad física para alcanzar una vida plena y aventurera.
El Llamado al Cambio Durante años, Nelson se vio atrapado en una rutina que dejó de lado su salud. Un día, una visita al médico encendió una chispa de cambio: para mejorar su calidad de vida, necesitaba moverse. Las recomendaciones incluían caminar, correr o hacer ciclismo. Esto lo hizo recordar su infancia, cuando jugaba fútbol con sus amigos, y se prometió a sí mismo que recuperaría esa energía.
Primeros Pasos y Nuevas Amistades Nelson comenzó a caminar en el parque San Cristóbal, una vuelta tras otra, sintiendo cómo el movimiento despertaba algo en él. Fue allí donde conoció a Jacinto Rodríguez, un atleta experimentado, que rápidamente lo animó a dar un paso más allá. Jacinto le sugirió trotar, y aunque al principio Nelson dudaba, poco a poco comenzó a incorporar trotes cortos en su rutina. La lluvia y el frío de los amaneceres bogotanos no lo detuvieron; cada paso era un triunfo.
Superando sus Límites Con el tiempo, Nelson empezó a ser invitado por el grupo de Jacinto, los Trail Runners, a entrenamientos más largos. Aunque al principio se sentía intimidado, el entusiasmo del grupo y su espíritu de camaradería lo inspiraron. Aunque al principio Nelson dudó en unirse al grupo, poco a poco se fue acercando y, finalmente, aceptó la invitación de entrenar con ellos. Fue en una de esas madrugadas frías de domingo, con una ligera llovizna y una temperatura de 11 grados, cuando se encontró con el equipo. Ahí conoció a Leo, el veloz; Alex, un fondista incansable; Jorge, que, a pesar de su edad, corría como pocos; Renato, el joven talento; y su padre, don Gustavo, un veterano guerrero en el atletismo. También estaban Elisa y Camilo, una pareja apasionada por el deporte; Felisa, una atleta de élite; Robert, un verdadero guerrero que nunca se rinde pese a su arduo trabajo; Ismael un atleta principiante con deseos de superación; don Manuel, quien además de atleta, tenía el don de narrar las hazañas del grupo, contando cada historia de entrenamiento con pasión y humor; finalmente Jaimito que le decían "El mejor" donde motivaba a sus compañeros a ser constantes y disciplinados con su ejemplo. En sus primeros entrenamientos con ellos, descubrió el poder de la disciplina y la alegría de compartir el esfuerzo con otros
Una Aventura Inesperada Nelson pronto se animó a participar en competencias de trail running. En una de ellas, en Choachí, vivió una experiencia de aventura y supervivencia: perdido en la montaña sin agua, sin celular y sin dinero, se vio en una situación que parecía de película. Después de dos horas de incertidumbre, fue ayudado por caminantes que lo guiaron de regreso al camino. Exhausto y deshidratado, alcanzó la meta entre aplausos, demostrando que su voluntad era inquebrantable.
El Momento de Gloria En otra competencia, esta vez de 30 kilómetros entre Bojacá y La Mesa, Nelson enfrentó el calor y las dificultades propias del terreno. Aunque algunos de sus compañeros se descompensaron, él mantuvo su ritmo y cruzó la meta con orgullo. Esta carrera fue otro hito en su historia de perseverancia y determinación.
Conclusión: Un Ejemplo de Inspiración Hoy, después de nueve años de aventuras y desafíos en el atletismo, Nelson vive una vida completamente transformada. Su historia es una lección de resiliencia y de la importancia de dar el salto del sedentarismo a la actividad física. Cada kilómetro recorrido, cada zancada, lo recuerda: siempre hay una oportunidad para cambiar y, en cada paso, está la posibilidad de una vida mejor.