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lunes, 30 de diciembre de 2024

#NELO: LA TARDE EN SILVANIA

Era una tarde apacible en Silvania. El sol se filtraba suavemente entre las ramas de los árboles, cuyas hojas, como vestidos frondosos, bailaban al compás de una brisa juguetona. En la ladera, los pájaros emergían de sus nidos alcolchonados, entonando melodías que parecían estar destinadas a un solo espectador. Nelo, con los ojos cerrados y el corazón abierto, sentía que aquellas canciones eran para él, como si la naturaleza entera le ofreciera una serenata exclusiva.

Mientras los trinos resonaban, Nelo recordó un versículo de Mateo:
"Mira las aves del cielo que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?"
Ese pensamiento lo llenó de felicidad, y una sonrisa iluminó su rostro mientras continuaba su camino, disfrutando del abrazo de la brisa que parecía susurrarle secretos antiguos.

EL ENCUENTRO EN ZERATENA

Al llegar al pueblo, los sonidos de trompetas y risas infantiles llenaron el aire. Era la cabalgata de los niños, quienes montaban caballos de madera con la alegría propia de la infancia. Nelo observaba la escena con ternura, contagiándose de la felicidad que irradiaban aquellos pequeños.

De repente, el cielo cambió su semblante. Nubes grises se desplegaron y, como si el universo quisiera dar una limpieza ceremonial, comenzó a llover. Las calles se bañaron en una lluvia transparente que dejó todo impecable, un espectáculo que Nelo contempló con calma, mientras pensaba en su cita con kike 

El tiempo pasó, y justo cuando la lluvia cesó, Kike llegó, sonriente y lleno de energía. Se dirigieron a Zeratena, un café acogedor donde las palabras parecían tener vida propia. Allí, entre sorbos de café y el calor de las historias compartidas, los dos amigos exploraron anécdotas, fotografías y recuerdos que trazaban las líneas de sus vidas.

EL PODER DE LAS CONEXIONES

Nelo presentó a dos amigas, Laura y Stefany, quienes escucharon con atención a Kike, un hombre cuya sabiduría y pasión por la literatura irradiaban en cada palabra. El grupo intercambió ideas, reímos y planeamos futuros encuentros literarios, donde los libros serían la excusa perfecta para conectar corazones y mentes.

Al final, Nelo reflexionó sobre el encuentro:
"Kike no solo es un hombre respetuoso, sino un maestro que sabe escuchar, inspirar y elevar el ánimo. Este encuentro me recordó que cada momento de la vida es una oportunidad para aprender, agradecer y crecer."

Antes de despedirse, Kike le dejó una reflexión que Nelo llevaría consigo siempre:
"La verdadera riqueza no está en lo que posees, sino en lo que compartes. Las palabras, las historias y el tiempo son tesoros que multiplican su valor cuando los das a otros."

UN MENSAJE PARA EL ALMA

De regreso a casa, mientras las estrellas comenzaban a aparecer en el cielo, Nelo pensó en lo bendecido que era. Ese día había sido una sinfonía de emociones, una danza entre la naturaleza, la amistad y las palabras. Agradeció a Dios por los encuentros que nutren el alma y fortalecen el espíritu, y entendió que la vida, como los trinos de las aves, está llena de regalos inesperados para quienes saben escuchar.

miércoles, 23 de octubre de 2024

El Misterio del 21 de Octubre: La Soledad como Camino a la Iluminación

Érase Octubre en la paradisíaca ciudad de Silvania, conocida por su frondosa naturaleza, paz y tranquilidad. A una altitud media de 1470 metros sobre el nivel del mar y con un clima primaveral similar al de Medellín, Silvania se había convertido en el refugio de Kike, un hombre que parecía tener un talento legendario, como si los dioses del Olimpo le hubieran otorgado el don de convertir en realidad sus ideas.

Kike llevaba seis meses viviendo en Silvania con su esposa, Natalia, y su hijo, Pablo. Habían dejado atrás la frenética vida de Bogotá y Soacha, que él describía como "junglas de cemento", lugares que le habían traído más tormento que paz. Pero todo cambió un 21 de Octubre, cuando la madre de Natalia cayó gravemente enferma en Bogotá, obligándola a regresar a la ciudad con su hijo, dejando a Kike solo en Silvania, sin trabajo y con apenas dinero suficiente para sobrevivir.

Al principio, Kike sentía que se estaba volviendo loco en su soledad. Los primeros días fueron oscuros y sombríos, sus pensamientos parecían atraparlo, llevándolo al borde de la desesperación. Sin embargo, una chispa de inspiración surgió tras ver algunos videos de Lain Calvo García en: "Eres imparable", en los que se hablaba del poder de la soledad como herramienta de transformación interior y de Pablo Arango, con sus enseñanzas en "Notas del Aprendiz", le enseñó la importancia de aprender constantemente, de nunca rendirse y de buscar siempre la excelencia en todo lo que hacía.

Sin trabajo y con demasiado tiempo libre, Kike decidió aprovechar la oportunidad para formarse. Realizó cursos virtuales, obteniendo certificados en "Redacción de Contenidos" e "History Marketing". Pero su auténtica pasión despertó cuando una empresa extranjera le ofreció un contrato para escribir 100 páginas de historias de fantasía y misterio. Sin embargo, las ideas no fluían, y la presión lo consumía. En un abrir y cerrar de ojos, la empresa canceló el contrato, dejándolo una vez más en la incertidumbre.

Desesperado pero decidido a no rendirse, Kike buscó inspiración en cuadernos viejos de tareas escolares de su hija, manuscrito qué escribía años atrás donde hablaba de valores humanos. Comenzó a reconstruir y a darles un toque mágico, trabajando obsesivamente durante tres días, transcribiendo cada palabra al computador. Se sumergió en su escritura, alimentando su creatividad con la lectura voraz de la obra de Gabriel García Márquez, devorando un libro por semana.

La escritura se convirtió en su obsesión. A lo largo de un mes, logró armar un manuscrito de 150 páginas, transformando su soledad en una especie de fiebre creativa. Inspirado por un video sobre el poder de la gratitud, decidió escribirse una carta a sí mismo como automotivación, reafirmando su compromiso con su nuevo propósito.

El 21 de Octubre, una fecha que marcaría su vida para siempre, Kike enfrentó un momento de crisis. Sentía que sus pensamientos oscuros lo rodeaban, como si una pesadilla intentara apoderarse de él. Sin embargo, recordó una enseñanza sobre la gratitud de Jesús que había visto en uno de los videos de Lain Calvo. Ese día, salió a correr por los senderos que bordeaban su casa, entre valles y montañas, tratando de despejar su mente. Durante su carrera, comenzó a repetir mentalmente la palabra "gracias" como una especie de mantra, rechazando los pensamientos que lo ataban al pasado.

Kilómetro tras kilómetro, Kike agradecía por todo lo que le venía a la mente: por los bancos que le prestaron dinero, por las personas que alguna vez lo hirieron, por los recuerdos de su infancia y juventud. Fue un proceso liberador, como si cada "gracias" limpiara su alma de impurezas acumuladas. Al regresar a casa, sintió que había cruzado un umbral, que su pasado tormentoso había quedado atrás, y que un Kike renovado, fortalecido y agradecido se había alzado de las sombras.

Ese 21 de Octubre fue el día en que Kike terminó fue el inicio de su transformación y ese día cuando llegó de entrenar le comunicaron que su obra estaba lista para imprimir que faltaba elaborar la carátula del libro y hacer el índice, dos semanas atrás había enviado su manuscrito de 48 capítulos y que envió con nerviosismo a la editorial Letrame en España, una de las más exigentes para editar y reconocidas del mundo para editar. Contra todo pronóstico, su obra fue aceptada para su publicación, algo que él sólo podía atribuir a una especie de intervención divina.

Ese día quedó grabado en su memoria como el inicio de una nueva etapa, donde la soledad dejó de ser su enemiga para convertirse en su mejor aliada. Kike descubrió que, a veces, la verdadera transformación solo ocurre cuando enfrentamos nuestros demonios más oscuros y aprendemos a agradecer incluso por aquello que nos duele.

 

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