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jueves, 3 de abril de 2025

#El Despertar de Kike y la Profecía del Sueño


 Era un martes 2 de abril, en una tibia mañana de invierno en Villa de las Bendiciones, donde el tiempo parecía detenerse. El canto de los pájaros de colores, el ladrido de los perros y el sonido de los gallos componían una sinfonía mágica en Silvania. El reloj marcaba las 6:13 a.m. cuando Kike despertó tras pocas horas de sueño. Se había acostado a las 2:45 a.m., absorto en la tarea de ayudar a su amiga Maticas con un resumen de Juan Salvador Gaviota. No dudó en hacerlo, pues su talento para crear contenido le impulsaba, además de que quería cumplir la promesa hecha a doña María: escribir un blog sobre su visita a Villa de las Bendiciones.

Como cada mañana, realizó su rutina de meditación, oración y escritura. A las 8:46 a.m. bajó a la sala, donde doña María y su madre conversaban. Se saludaron y Kike, con su gesto hospitalario, preparó un tinto con pan tajado y mermelada casera de guayaba, hecha por sus propias manos.

Fue entonces cuando la conversación tomó un giro inesperado.

—Kike, anoche Juanpis estuvo inquieto —dijo su madre con un dejo de preocupación en la voz—. No paraba de deambular por los corredores.

—Encendía y apagaba las luces una y otra vez —añadió doña María—. A veces se oía su voz como la de un bebé, otras como un niño... y en algunos momentos, como un adulto. Era como si estuviera jugando con alguien que no podíamos ver.

Kike sintió un escalofrío recorrerle la espalda. No había notado nada; el sueño lo había vencido por completo. Pero aquellas palabras, pronunciadas con inquietud, avivaron en él una vieja angustia.

Sabía que la condición de Juanpis iba más allá de lo comprensible para muchos. Desde los tres años le habían diagnosticado autismo, una realidad que Kike había aceptado con amor y determinación. Sin embargo, la falta de recursos le había impedido brindarle la atención que realmente necesitaba.

—Kike, no pierdas la fe —dijo doña María con ternura—. Hay un camino para Juanpis, y ese camino se abrirá.

El joven escritor sintió un nudo en la garganta. En su interior, una certeza tomó forma: su libro debía resonar en el mundo. Era la llave para darle a Juanpis la vida que merecía. Sabía que aún no había alcanzado el impacto que deseaba, pero contaba con amigos que creían en él. Y eso, de alguna manera, era también una luz de esperanza.

Kike, queriendo expresar su gratitud, preparó un chocolate caliente con pan tajado y huevos criollos cocidos. Mientras servía, doña María le extendió un billete.

—Quiero un ejemplar de tu libro para mi hijo. Y otro para mí —dijo con una sonrisa cálida.

Conmovido, Kike tomó su pluma y, con letra firme, escribió una dedicatoria:

María, amiga entrañable que llevo en mi corazón, admiro profundamente tu espíritu emprendedor y tu capacidad inagotable de crear belleza a través de tus artesanías. Eres una fuente de inspiración, una mente creativa que transforma ideas en piezas únicas. Que este libro te motive a seguir explorando tu talento, a soñar en grande y a continuar dejando huella con tu arte.

Con el sol de la tarde iluminando sus rostros, doña María y su madre partieron rumbo a Bogotá. Kike las acompañó hasta la flota Cootransfusa, despidiéndose con gratitud. Sentía nostalgia por su partida, pero también una renovada determinación. Aquellas palabras de aliento habían encendido una chispa en su corazón.

Aquella noche, antes de dormir, Kike dejó el primer borrador de su próximo blog, inspirado en un recuerdo memorable del 1 de abril de 2017. También tomó una decisión: a partir de ese día, velaría porque Juanpis se durmiera primero, aunque ello significara pasar noches enteras en vela.

Al día siguiente, Kike tendría un encuentro literario con lectores voraces y un poeta llamado Josué. ¿Qué planes le aguardaban? ¿Qué aventuras le deparaba el destino a este héroe de carne y hueso, que expresaba la verdad de su alma con claridad y convicción?

Esta historia, continuará...

lunes, 24 de marzo de 2025

#"El Misterio de la Bendición Invisible"


 En la serena y tibia mañana del viernes 21 de marzo, en Villa de las Bendiciones, dónde el tiempo parecía detenerse. La naturaleza danzaba al compás del canto celestial de los pájaros de colores, mientras Kike despertaba exactamente a las 6:21 a. m. Aún resonaban en su mente las palabras que había escrito cinco horas atrás en su blog: Martes de Encuentros y Despedidas: Un Viaje de Voluntad y Destino.

Kike se levantó, meditó y dejó que los recuerdos del día anterior lo envolvieran. El jueves había trotado hasta Silvania para hacer unas compras. Como era su costumbre, entró en la iglesia a orar y encomendarse a Dios. Recordó a un actor norteamericano que solía experimentar una paz profunda al ingresar a un templo. Kike se ubicó frente a la imagen de María Auxiliadora y cerró los ojos. La iglesia estaba vacía; era el momento perfecto para sumergirse en el silencio infinito.


Tras nueve minutos de introspección, el sonido de unos pasos irrumpió la quietud. Un leve escalofrío recorrió su espalda cuando vio al padre Argelino aparecer de la nada. Con respeto, se acercó y le pidió su bendición. Al recibirla, una oleada de paz lo envolvió. El padre lo miró con curiosidad y Kike sintió el impulso de contarle sobre su libro. El sacerdote lo escuchó con atención y lo felicitó por su valentía. Kike, entusiasmado, compartió con él una oración nacida de su inspiración:

"Gracias, Dios mío, por darme sabiduría e inteligencia para escribir con acierto historias que inspiran al mundo; donde expreso la verdad de mi alma con claridad y convicción, inspirando a los demás".

El padre, conmovido, le aseguró: "Vas a llegar muy lejos, Kike. Conserva esa humildad y fe inquebrantable. Dios está a tu lado".

Kike salió de la iglesia lleno de energía, pero al recordar que no se había tomado una foto con el sacerdote, volvió sobre sus pasos. Al entrar de nuevo, sintió un nudo en la garganta: el padre Argelino había desaparecido. Como si nunca hubiese estado allí. Aturdido, decidió tomar una foto junto a la imagen de María Auxiliadora. Algo en su corazón le decía que esa bendición misteriosa lo acompañaría siempre.

La mañana continuó con buenas noticias. Llamó a su hermano para coordinar el envío de su libro, y sorprendentemente, varios amigos se comunicaron con él para felicitarlo por su nueva publicación. Su amigo de Medellín incluso le envió un audio informándole que ya había recibido los cuatro ejemplares. Todo fluía de manera inexplicable. A pesar de los momentos difíciles, sintió con certeza que Dios estaba con él.

Aquella tarde, Kike recibió cinco colinos de parte de doña Nelly, presidenta de la junta, enviados por don Wilson. Tres de ellos los plantaría en su casa y dos en la huerta comunal, como muestra de gratitud hacia sus vecinos que lo apoyaban en su travesía literaria.

La soledad reinaba en la Villa de las Bendiciones, pues su vecino Carlos Vera y su familia habían partido de viaje. Sin embargo, la calma pronto sería interrumpida. En los siguientes dos días, el destino le tenía preparadas grandes sorpresas a Kike.

¿Qué misterios lo aguardarían el sábado y el domingo?...

Esta historia continuará.

Tras nueve minutos de introspección, el sonido de unos pasos irrumpió la quietud. Un leve escalofrío recorrió su espalda cuando vio al padre Argelino aparecer de la nada. Con respeto, se acercó y le pidió su bendición. Al recibirla, una oleada de paz lo envolvió. El padre lo miró con curiosidad y Kike sintió el impulso de contarle sobre su libro. El sacerdote lo escuchó con atención y lo felicitó por su valentía. Kike, entusiasmado, compartió con él una oración nacida de su inspiración:

"Gracias, Dios mío, por darme sabiduría e inteligencia para escribir con acierto historias que inspiran al mundo; donde expreso la verdad de mi alma con claridad y convicción, inspirando a los demás".

El padre, conmovido, le aseguró: "Vas a llegar muy lejos, Kike. Conserva esa humildad y fe inquebrantable. Dios está a tu lado".

Kike salió de la iglesia lleno de energía, pero al recordar que no se había tomado una foto con el sacerdote, volvió sobre sus pasos. Al entrar de nuevo, sintió un nudo en la garganta: el padre Argelino había desaparecido. Como si nunca hubiese estado allí. Aturdido, decidió tomar una foto junto a la imagen de María Auxiliadora. Algo en su corazón le decía que esa bendición misteriosa lo acompañaría siempre.

La mañana continuó con buenas noticias. Llamó a su hermano para coordinar el envío de su libro, y sorprendentemente, varios amigos se comunicaron con él para felicitarlo por su nueva publicación. Su amigo de Medellín incluso le envió un audio informándole que ya había recibido los cuatro ejemplares. Todo fluía de manera inexplicable. A pesar de los momentos difíciles, sintió con certeza que Dios estaba con él.

Aquella tarde, Kike recibió cinco colinos de parte de doña Nelly, presidenta de la junta, enviados por don Wilson. Tres de ellos los plantaría en su casa y dos en la huerta comunal, como muestra de gratitud hacia sus vecinos que lo apoyaban en su travesía literaria.

La soledad reinaba en la Villa de las Bendiciones, pues su vecino Carlos Vera y su familia habían partido de viaje. Sin embargo, la calma pronto sería interrumpida. En los siguientes dos días, el destino le tenía preparadas grandes sorpresas a Kike.

¿Qué misterios lo aguardarían el sábado y el domingo?...

Esta historia continuará.

lunes, 17 de febrero de 2025

#El Sendero de la Riqueza Interior


 Era un domingo 16 de febrero, 5:40 a.m., en Villa de las Bendiciones, "donde el tiempo parece no detenerse". El alba se anunciaba con la danza de los pajaritos de colores, su canto armonioso y el leve picoteo en las ventanas, como un himno celestial.

Kike despertó con una energía inusual, como si una fuerza invisible lo impulsara a transformar lo vivido el día anterior. Se sumergió en su rutina de tres horas de meditación, oración, yoga y escritura, reflexionando sobre un pensamiento que lo intrigaba. Al abrir nuevamente "Tónico para el alma" de Osho, encontró un pasaje revelador:

"Nos da ambos mundos. Nos da el otro mundo (el de la divinidad) y nos da este mundo también. Entonces, uno es pobre. Uno también tiene riqueza, pero no material. Hay muchas formas de riqueza, y el hombre que es rico porque tiene dinero es el más bajo en cuanto a categoría de riqueza."

Inspirado, Kike anotó en su diario:

La riqueza no se limita solo al dinero. Hay muchas formas de ser rico, y la riqueza material es solo una de ellas. El hombre que solo posee dinero es el más pobre de los ricos. La verdadera riqueza radica en la creatividad, la pasión y la conexión con nuestro ser interior. La meditación nos enriquece al revelarnos nuestro yo más profundo y libera nuestros talentos. Cada persona nace con un don único, y si no lo desarrolla, siempre sentirá que algo falta en su vida.

Con esa reflexión, se sintió el hombre más rico del mundo. Sus pensamientos coincidían con las enseñanzas de Jesús: "Todo lo que pidan en oración les será concedido". Y entendía que la verdadera oración es el silencio de la meditación.

Después, dedicó dos horas a la lectura de Gabo y tomó notas de una crónica sobre la Convención de Ginebra en julio de 1955. Mientras tanto, el día transcurría. Realizó sus ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, sintiéndose un poco adolorido por el trote de 26 km del día anterior en la vía del Sumapaz. Estaba terminando de escribir su blog cuando su teléfono sonó. Era la Dra. Olga, una fiel admiradora de sus escritos, quien lo invitó a un asado en su finca para celebrar el cumpleaños de su hija, Paula Daniela Salamanca Romero, una joven ejemplar y apasionada por el marketing.


Linda no estaba en Silvania, así que Kike fue solo. A las 4:00 p.m., llegó a la finca y quedó admirado por la energía emprendedora de la Dra. Olga. Mientras esperaban a los invitados, ella lo llevó a la cocina y conversaron. Sin batería en sus audífonos, Kike tuvo que acercarse para entenderla mejor. Luego, la Dra. Olga le mostró su caballo de paso, que bañaron con esmero junto a su empleado.


Poco después, llegó "El Paisita", un personaje con una historia fascinante que Kike no pudo evitar querer plasmar en un blog. Tras la entrevista improvisada, disfrutaron del asado en un ambiente de risas y camaradería. A las 7:00 p.m., Kike se despidió y tomó el sendero oscuro de regreso. Mientras caminaba los 2 km que lo separaban de Villa de las Bendiciones, se detuvo a ratos para dejar pasar los carros y motos, iluminando su camino con la luz intermitente de su celular.

Al llegar a casa, se dedicó a ampliar un guion que quería memorizar para el día siguiente. Duraba un minuto y treinta segundos, y se propuso un desafío doble: repetir la hazaña del sábado, recorriendo los 26 km hasta Fusa, pero esta vez memorizando su guion mientras corría.

¿Lo lograría?

Esta historia continuará...

domingo, 5 de enero de 2025

#Noche de Ensueño de Nelo


 Era un viernes 3 de enero, cuando el reloj marcaba las 6:00 a.m. en la finca: Semillas de Amor, sector La Guaca, en la vereda Panamá Alto, en Silvania. Nelo, una mujer cuya mirada reflejaba calma y profundidad, despertó con el suave murmullo de la naturaleza. El rocío de la mañana decoraba las hojas y un delicioso aroma a café recién preparado llenaba el aire. Desde la ventana de su habitación, contemplaba un amanecer celestial. El cielo, pintado en tonos de azul y naranja, parecía un lienzo divino que le susurraba al alma.

Mientras sostenía su taza de tinto, Nelo recordó un sueño que la había envuelto durante la noche. Cerró los ojos por un momento, y su mente la transportó de nuevo a aquel mundo etéreo que aún palpitaba en su corazón.

En el sueño, Nelo estaba recostada sobre una colina cubierta de hierba suave, bajo un cielo que comenzaba a vestirse con los colores de un atardecer de su amada Silvania. Los rayos del sol se filtraban entre los árboles, proyectando luces doradas sobre el paisaje. Fue entonces cuando un joven apareció a lo lejos. Su andar era pausado, casi como si flotara, y sus ojos tenían una intensidad que hipnotizaba.

El joven, de cabellos ondulados y rostro sereno, llevaba puesta una túnica blanca que parecía reflejar la luz del crepúsculo. Al llegar a un altar improvisado bajo un viejo árbol, inclinó la cabeza y, con las manos juntas, murmuró una oración. Nelo, que lo observaba escondida tras un mechón de su cabello, sintió cómo el corazón le latía con fuerza. Su presencia irradiaba paz y, al mismo tiempo, despertaba una emoción inexplicable en su interior.

Cuando el joven la miró directamente, fue como si el tiempo se detuviera. Sus ojos, llenos de amor y misterio, le hablaban sin palabras. Él colocó una mano sobre su corazón y, con una sonrisa que parecía contener siglos de sabiduría, comenzó a desvanecerse, dejando tras de sí un destello fugaz, como una estrella atravesando el firmamento.

Con el corazón lleno de melancolía, Nelo regresó a su casa, caminando entre árboles que susurraban su nombre al viento. Cada hoja que caía parecía contar una historia, cada rama se mecía como si quisiera abrazarla. Al llegar, encontró los árboles frutales cubiertos de aves con plumajes tan vibrantes como el arco iris. Los pájaros trinaban en un concierto de melodías, cada uno aportando una nota única, pero en perfecta armonía.

Nelo contempló aquel espectáculo con lágrimas en los ojos. Recordó cómo había sembrado esas semillas años atrás, llenándolas de amor y esperanza. Ahora, esos árboles no solo daban frutos, sino que también eran un refugio de alegría y vida.

Mientras escuchaba las canciones de las aves, sintió que su tristeza por la partida del joven comenzaba a desvanecerse. Cada trino era un bálsamo para su corazón, cada danza de las aves un recordatorio de la belleza de la vida. Fue entonces cuando comprendió que la presencia del joven no había sido un adiós, sino un mensaje.

Los sueños continuaron. En ellos, personas desconocidas visitaban a Nelo, susurrándole palabras de gratitud y amor. Le recordaban su bondad, su generosidad y cómo su luz interior tocaba las vidas de quienes la rodeaban. Nelo se sintió transportada, como si flotara en un vaivén de melodías celestiales que resonaban en cada rincón de su ser.

Al despertar, con una sonrisa iluminando su rostro, Nelo llegó a una conclusión:

"El amor espiritual es la conexión más pura, una sinfonía que une almas y trasciende incluso los sueños, transformando la soledad en unidad y la tristeza en esperanza."

Ese día, bajo el mismo cielo que había contemplado en su sueño, Nelo decidió vivir con más intensidad, con más amor y gratitud. Y cada vez que el viento susurraba entre los árboles, sabía que aquel ángel seguía cerca, cuidándola y recordándole que los sueños tienen el poder de transformar realidades.

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🌙 El Misterio de los Tres Encuentros

  Érase un miércoles 27 de agosto, cuando el alba emergía sobre una tierra humedecida por el rocío. La alameda dorada, hacia la curva de sen...