Érase un Sábado 1 de Febrero. Las 9:00 am, en una mañana esplendorosa y soleada en Villa de las Bendiciones, donde el tiempo parecía detenerse. Kike se encontraba haciendo ejercicios de fortalecimiento cuando, de pronto, un pajarito amarillo comenzó a picotear y cantar en la ventana de su sala. ¿Qué mensaje traería aquel pequeño mensajero del viento? Se preguntaba Kike, pues ya eran tres días consecutivos en que los pájaros venían a visitarlo. En otras ocasiones, se alejaban al notar su presencia, pero ahora se dejaban filmar con su celular, como si quisieran transmitirle un secreto ancestral.A las 9:09 am, Kike se despidió de Linda y salió a entrenar por un paraíso natural en los alrededores del sector. Mientras corría, atravesó dos ríos: el Subía y otro de aguas cristalinas, donde observó a una pareja sumergida en su propio mundo de calma. Con cada zancada, su corazón latía con fuerza, invadido por una inspiración que emergía desde su alma:
—Quiero expresar mi más profundo agradecimiento a Silvania, el lugar donde nació mi primer libro: "Historias que Inspiran la Imaginación". Aquí, en esta tierra bendita, sentí cada célula de mi ser vibrar mientras escribía. Esta obra ha tocado los corazones de quienes han tenido el privilegio de leerla.
Kike recordó con emoción los 15 libros que la editorial de España le envió de cortesía. Trece de sus amigos le habían comprado un ejemplar, y en el transcurrir de las semanas siguientes comenzaron a llamarlo con testimonios inauditos de inspiración. Relatos que asombrarían a Kike y que jamás imaginó provocar con sus palabras. Historias de transformación, de esperanza, de valentía. Historias que probaban que su pluma tenía el poder de cambiar vidas.
Los testimonios hablaban por sí mismos. Personas que encontraron en su libro el valor para ser diferentes, para elegir la bondad, la perseverancia y el amor por encima del miedo y la duda. Ahora, España le había enviado 200 libros subsidiados, y su deseo era claro: que esos testimonios verdaderos se multiplicaran y que cada ejemplar encontrara un dueño dispuesto a ser transformado por sus páginas.
Kike volvió a la realidad y se dio cuenta de que había recorrido casi 7 kilómetros. No entrenaba hacía más de ocho días, pero aquella mañana se sentía renovado y revitalizado. Al llegar a casa, Linda lo recibió con un abrazo cálido. Después de estirar y desayunar, subió los videos de los pájaros a YouTube y dedicó la tarde a llamar a sus amigos en Bogotá. En pocas horas, seis ejemplares fueron encargados con dedicatoria y autógrafo.
En cuanto a las regalías, sabía que tendría que esperar, quién sabe cuánto tiempo. Pero lo aceptaba con serenidad. Lo importante era que su libro ya estaba publicado a nivel mundial. Se propuso impulsar sus 200 libros desde ese día, sin distraerse en la espera de lo incierto. Fluiría con la vida, confiando en que lo que nace del corazón, a su debido tiempo, dará sus frutos.
Esta historia nos enseña que la paciencia y la calma en momentos difíciles son clave para la armonía interior, y que aquello que nace del alma, con amor y propósito, siempre encontrará su camino hacia los corazones que necesitan inspiración.