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viernes, 28 de marzo de 2025

#El Libro Que Despertó Al Mundo

Era un viernes 28 de marzo en Villa de las Bendiciones, una mañana fresca y tibia, donde el tiempo parecía detenerse. El sol, disfrazado de esplendor, se ocultaba tras nubes preñadas de lluvia. El canto de las aves coloreaba el aire con melodías celestiales, mientras Kike despertaba de un sueño profundo. Eran las 5:40 a.m. Desde su lecho observó el cielo infinito, que se debatía entre la luz y la tormenta. Cerró los ojos unos instantes más, permitiendo que su subconsciente terminara de descargar los resquicios de la noche, renovando su energía.

Revisó su celular, no tanto para ver la hora, sino para reafirmar la afirmación que había repetido por veinte días al despertar: una frase que cerraba con un "gracias" y un "sí" definitivo, como si estuviera reprogramando su destino. Agradeció a Dios por su salud inquebrantable, por su fortaleza física y mental, y por cada persona que había comprado su libro. Sonrió al recordar su reto del martes: vender tres ejemplares el miércoles. Superó la meta con cuatro ventas y, más aún, sembró nuevas oportunidades para la semana siguiente.

Cada lector era una historia en sí mismo, y Kike las revivió en su mente. Su entrañable amigo Edgar Beltrán, compañero de incontables entrenamientos y carreras, recibía su ejemplar con una dedicatoria que exaltaba su disciplina. María, antigua socia en Omnilife, compró el libro para su hijo José Yamid, estudiante de la Universidad Nacional y aspirante a escritor. Nicolás, seguidor fiel de sus blogs, adquirió su ejemplar con la promesa de compartirlo con Sharon Dayana, una emprendedora admirable. Y Wilfer, quien emergió de las cenizas del desplazamiento para construir un emporio de arepas, también se sumó a la lista de lectores.

El jueves, el destino le sonrió nuevamente. Jairo, un lector selecto, no dudó en comprar su ejemplar. Kike lo sorprendió con una dedicatoria especial, consciente de que su amigo apreciaba la literatura de Vargas Llosa y García Márquez. Era un honor que un lector tan exigente se adentrara en sus relatos.

Aquella mañana de viernes, Kike se encomendó a Dios y se dispuso a desbrozar la maleza de su casa y la huerta comunal. Domingo, su vecino, le ofreció ayuda junto a un amigo, pero antes era necesario cambiar la cuchilla de la guadaña. Kike hizo dos viajes al pueblo para asegurarse de que todo estuviera en condiciones. Justo cuando iban a comenzar, la lluvia irrumpió sin previo aviso, postergando la tarea. Domingo partió a Bogotá con su compañero, prometiendo regresar el martes para ayudarle.

Kike no perdió el tiempo. Llamó a viejos amigos, ofreciéndoles su libro. Descubrió que su red de contactos era mucho más extensa de lo que imaginaba. Varios se mostraron interesados en adquirir un ejemplar en los próximos días.

Por la tarde, cocinó un almuerzo digno de un festín: sopa de pasta con pierna de pollo, papa y yuca, acompañado de arroz, plátano y un jugo refrescante de guatila. Compartir la comida con su hijo Juanpis le brindó un instante de paz y gratitud.

El reto del sábado era claro: comenzar a editar el video promocional de su libro en el Mirador Artístico, con la ayuda de Ligia y su esposo Germán. Kike sentía que era el momento de llevar su obra al mundo. Contaba con el apoyo incondicional de amigos que promovían su trabajo en redes sociales y en el extranjero: Celmira en San José del Guaviare, Consuelo en Nueva York, Ricardo Salamanca a través de su hija en Francia y Carlos Mayorga en Europa y Estados Unidos.

Sin embargo, Kike sabía que la tarea de hacer que su libro resonara en el mundo era suya y de nadie más. En un mercado saturado de historias, destacar era un desafío titánico. ¿Lo lograría?

...Esta historia, continuará.

Querido lector, te invito a sumergirte en relatos que te harán soñar, reflexionar y encontrar inspiración en lo cotidiano. Cada historia que comparto está impregnada de enseñanzas basadas en experiencias, sueños y momentos que han marcado mi camino. Si alguna vez has sentido que necesitas un impulso para seguir adelante, este libro es para ti.


Plataformas dónde encuentras mi libro‼️‼️🦉🎼😇🙏

Te llevaré a través de relatos emocionantes que te ayudarán a ver la vida desde una nueva perspectiva, recordándote que cada día es una oportunidad para crecer y evolucionar.

Te comparto la carátula del libro y el enlace de Google donde encontrarás las plataformas en las que puedes adquirirlo en cualquiera de sus cuatro formatos. Agradezco tu apoyo, pues esta es mi única fuente de ingreso y mi misión en el mundo: escribir con sabiduría e inteligencia, inspirando a través de mis palabras.

¡Gracias por ser parte de esta aventura literaria!



 

viernes, 21 de marzo de 2025

#Martes de Encuentros y Despedidas: Un Viaje de Voluntad y Destino


 El martes 18 de marzo amaneció con un velo gris sobre Santa María del Rincón en Soacha. Eran las 6:21 a. m., y el aire estaba impregnado de una tensión palpable. La nación entera parecía sumida en un murmullo de incertidumbre debido al día cívico nacional. Las noticias alimentaban el temor colectivo, convirtiéndolo en un monstruo insaciable. Pero Kike no estaba dispuesto a ser devorado por ese pánico inducido. Con la determinación de un gladiador, erguía su escudo de fortaleza interior y se aferraba a la certeza de que Dios caminaba a su lado.

Desde hacía meses, Kike había dejado de consumir noticias. Solo leía los titulares una vez al día y luego apagaba el televisor. Se negaba a ser una marioneta del miedo. Aquella mañana, sus retos eran claros: visitar a doña Yorly, comprar materiales para su escritura en el centro de Bogotá y, finalmente, viajar con Juanpis a Silvania.

Después de su rutina matutina, Linda le sirvió un desayuno preparado con amor: chocolate caliente, huevos revueltos, calentado, pan y un tinto bien cargado. La energía estaba lista para enfrentar la jornada. Sin embargo, a las 9:00 a. m., su plan de ir al centro de Bogotá se desmoronó. Las marchas pacíficas y un accidente en Bosa colapsaron la movilidad en Transmilenio. Kike, sin inmutarse, reajustó su itinerario y salió a visitar a doña Yorly.

En el Éxito, agradeció el apoyo financiero que había recibido durante los últimos cuatro años, sintiendo la satisfacción de estar a pocos meses de liquidar su préstamo. Luego, pasó por Interrapidísimo para enviar un Biocros a Yaneth Rivera, su aliada en el camino del bienestar.

Al llegar a la panadería de doña Yorly, Anita, su hija, lo recibió con sorpresa y un abrazo cálido. Le ofreció un tinto con pandebono mientras hablaban de su hija Taly y los mellizos. La nostalgia los envolvió al recordar los tiempos en que Anita y Taly eran inseparables, como uña y mugre. Pero el verdadero giro del encuentro ocurrió cuando Kike reveló su nuevo libro. Don Luis y doña Yorly quedaron maravillados, y sin dudarlo, adquirieron un ejemplar. Kike, conmovido, les escribió una dedicatoria:

"Queridos amigos, su dedicación y esfuerzo de 38 años en la panadería son un verdadero ejemplo de constancia y pasión. Admiro profundamente su emprendimiento, construido con trabajo honesto y amor por lo que hacen. Que este libro los inspire a seguir creciendo y dejando huella con su labor."

La tarde avanzó entre risas, anécdotas y la invitación de Kike a Villa de las Bendiciones. Un torrencial aguacero los sorprendió, como si el cielo quisiera bendecir aquel instante con su danza líquida. A la 1:00 p. m., Kike se despidió con otro abrazo sincero y regresó a casa, donde su esposa Linda y su hija Taly lo esperaban con un festín casero: sopa de menudencias, arroz, carne asada, papas, verduras y jugo de piña.

Antes de sentarse a comer, recordó que su cuñada Yadira le había pedido un ejemplar del libro. Se lo entregó con otra dedicatoria:


"Yadira, gran emprendedora en el transporte de carga, tu determinación y esfuerzo son un ejemplo a seguir. Has demostrado que con valentía y visión se pueden conquistar grandes caminos. Que este libro te inspire a seguir creciendo y alcanzando nuevas metas. Con admiración, Kike."

Para su sorpresa, poco después llegaron Edward, Natalia y su hija, quienes, al enterarse de su libro, adquirieron un ejemplar también. Kike les escribió con la misma emoción:


"Edward, Natalia e hija, grandes emprendedores en el transporte de carga, su determinación y esfuerzo son un ejemplo a seguir. Han demostrado que con valentía y visión se pueden conquistar grandes caminos. Que este libro los inspire a seguir creciendo y alcanzando nuevas metas."

Entre charlas y fotos, hicieron un simulacro de presentación del libro, una especie de ensayo de lo que Kike soñaba hacer a gran escala: llevar su obra al mundo. Su meta era vender al menos un libro ese día, y había vendido tres. Una señal inequívoca de que estaba en el camino correcto.

A las 4:14 p. m., con la maleta lista y Juanpis a su lado, Kike se despidió de Linda, Taly, sus mellizos, Yadira, Edwin, Natalia e hija. Salieron a la autopista y abordaron una flota con destino a Armenia, con la intención de bajarse en Silvania. Pero el destino aún tenía más pruebas para él. Las manifestaciones en Bogotá ralentizaron el tráfico, atrapándolos en un trancón. Kike aprovechó el tiempo para meditar. A pesar del cansancio, encontró en la demora un momento de conexión consigo mismo.

Finalmente, llegaron a Silvania a las 7:00 p. m., bajo una llovizna fina que Kike interpretó como una bendición de bienvenida. Juanpis sonreía al volver a casa, mientras Kike sentía en su cuerpo el peso de la jornada. Pero su espíritu vibraba con la satisfacción del deber cumplido.

Aquella noche, antes de dormir, escribió el blog y lo publicó a la 1:00 a. m. Agradeció a Dios por el día y pidió fuerza para afrontar un nuevo reto: cuidar de Juanpis mientras Linda permanecía en Bogotá con Taly y los mellizos. Al día siguiente, su desafío sería trotar hasta Fusagasugá para asistir a una capacitación con la UMATA.

¿Qué nuevas aventuras le esperaban a Kike en Villa de las Bendiciones? ¿Cómo sería la experiencia de cuidar a Juanpis en solitario?

Esta historia continuará…

lunes, 10 de marzo de 2025

#El Mensaje de la Providencia


 El sol brillaba con fuerza aquel domingo 9 de marzo, como si la vida misma le concediera una tregua después de una semana de intensas lluvias. Kike cerró los ojos y dejó que la cálida luz acariciara su rostro. Recordó las entregas de los últimos días: el viernes y el sábado, cuando la lluvia lo sorprendió en el camino. Pero él no le temía a la lluvia; al contrario, la disfrutaba. En su mente, cada gota era un mensaje del universo, una señal que lo guiaba en su travesía.

Había algo misterioso en la forma en que todo se alineaba. ¿Era simple casualidad o un mensaje divino? La conexión entre Kike, la Providencia y el universo se hacía cada vez más evidente. Mientras meditaba sobre aquellos días, recordó lo que lo había llenado de gratitud: a pesar del clima, había logrado vender tres libros diarios. Era como si una fuerza superior estuviera empujándolo suavemente hacia su destino.

Los Envíos del Viernes

El primer libro viajó a Soacha, donde su vieja amiga Toñita lo esperaba. Su amistad se remontaba a años atrás, una época de risas, aprendizaje y crecimiento personal junto a su esposo, a quien ella llamaba cariñosamente “El Sapito”. Kike, conmovido por su perseverancia, les dedicó unas palabras de gratitud.

El segundo ejemplar llegó a Medellín, a manos de Jesús Moreno, su antiguo compañero de la Inmobiliaria Real State. Diez años habían pasado desde aquellos días de aprendizajes y ventas, pero Jesús seguía siendo el mismo hombre generoso y visionario que siempre había admirado.

El tercer destino fue el hogar del ingeniero Helver Beltrán, un hombre de principios, experto en la instalación de equipos corporativos y cámaras de seguridad. Kike veía en él un ejemplo de integridad y compromiso, valores que lo motivaron a escribir una dedicatoria especial para él y sus hijos.

Las Ventas del Sábado

La racha continuó al día siguiente. El primer libro fue para William Vargas, su amigo de más de cincuenta años. Su lema, "¡Sí, señor!", reflejaba su espíritu positivo y su energía inquebrantable. Kike sonrió al escribir su dedicatoria, recordando tantas anécdotas juntos.

El segundo destino fue para Jairo Gómez y su esposa Rocío, una pareja de emprendedores que jamás se rendían. Kike admiraba su fortaleza y su capacidad para reinventarse a pesar de las circunstancias. Su libro llevaba un mensaje de perseverancia y fe en el futuro.

El último envío del día fue para José Dionisio Lozano, su colega en el mundo inmobiliario. Un maestro en el arte de manejar objeciones, José había sido una fuente de aprendizaje invaluable. Ahora, Kike le devolvía el favor con palabras de inspiración y gratitud.

El Domingo de Revelación

Mientras contemplaba aquel domingo soleado, Kike sintió que la Providencia le hablaba a través de cada uno de esos encuentros, a través de cada libro entregado, de cada historia compartida. Sabía que aquello no era una simple coincidencia. Algo más grande estaba en juego, una verdad oculta tras los detalles de su día a día. Un propósito, un sendero que apenas comenzaba a descubrir.

Se propuso continuar su hazaña desde el lunes, manteniendo la disciplina, la fe y la determinación. Sabía que la historia... continuaría.

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🌙 El Misterio de los Tres Encuentros

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