martes, 12 de noviembre de 2024

#Monólogo de Didier: De la Depresión a una Nueva Vida

El atletismo llegó a mi vida en un momento en el que las sombras de la depresión y la ansiedad parecían ser lo único que podía ver. Me encontraba atrapado en un laberinto de pensamientos oscuros, buscando desesperadamente una salida que me permitiera sentirme vivo otra vez. Un día, mientras aún buscaba respuestas, me desperté y me asomé a la ventana. Algo dentro de mí, algo inexplicable, me llamó.

Sin pensarlo mucho, tomé una camiseta, una pantaloneta, me puse las zapatillas y salí a correr. Empecé a moverme sin rumbo fijo, recorriendo calles y avenidas, atravesando senderos y montañas. No sé si corrí media hora o una hora entera, no lo recuerdo. Lo único que sé es que, al detenerme, mi mente y mi cuerpo ya no eran los mismos. Había experimentado algo mágico, algo transformador que nunca antes había sentido.

Ese primer paso, esas primeras zancadas, me llevaron a conocer una parte de mí mismo que desconocía. Desde ese instante supe que debía seguir corriendo, y no solo para aliviar la carga de mis problemas, sino para construir algo nuevo dentro de mí. Empecé a hacer amigos en el camino, personas que también encontraban en el atletismo un refugio, un propósito y una razón para seguir adelante. Con el tiempo, entendí que correr no era solo un escape, sino una forma de enfrentar la vida.

Adopté un lema que me ha guiado en cada entrenamiento y en cada carrera: “El entrenamiento debe ser tan fuerte que la guerra sea un descanso.” Para mí, cada entrenamiento es una prueba en la que fortalezco mi espíritu, una batalla que me prepara para enfrentar cualquier desafío. Cada carrera es una experiencia única: en unas se sufre y en otras se goza, pero en todas se aprende. Descubrí que todos los atletas, de una forma u otra, enfrentan sus propias batallas en la pista. Nos une el hecho de que, en cada paso, enfrentamos nuestros miedos, nuestros límites y, a veces, incluso nuestra propia oscuridad.

Correr se ha convertido en algo mágico, una experiencia que va más allá de lo físico. Calles, avenidas, senderos, montañas, ríos, mares, trochas, frío, calor, lluvia, barro, polvo, pavimento... cada terreno, cada elemento de la naturaleza, forma parte de esta aventura que me lleva a encontrarme a mí mismo una y otra vez.

Hoy puedo decir que el atletismo no solo me ayudó a salir de la depresión, sino que me ha dado una nueva vida. Una vida en la que las carreras se convierten en capítulos de una historia que todavía estoy escribiendo, una historia llena de anécdotas y lecciones que me han enseñado que la verdadera magia está en el camino, en cada paso, en cada amigo que conoces y cada obstáculo que superas.

 

3 comentarios:

Manuel Céspedes P dijo...

Me alegra leer, como la actividad deportiva,cambio el chip del diario vivir rutinario, depresivo, como sin energía y ánimo. Cada entrenamiento, cada oportunidad de participación oficial, nos lleva a nuevas experiencias y acumular infinidad de recuerdos. Felicitaciones, " arriba el deporte"

Oscar dijo...

Monólogo inspiraciónal, cuántas verdades de una realidad que vivimos muchas personas, pero bien lo dijo facundo Cabral:" no estás deprimido estás distraido"

Oscar dijo...

Que inspirador, la actividad física es un excelente canalizador para los episodios de depresión.

"Seguidores"

🌙 El Misterio de los Tres Encuentros

  Érase un miércoles 27 de agosto, cuando el alba emergía sobre una tierra humedecida por el rocío. La alameda dorada, hacia la curva de sen...