Era una madrugada de junio del 2022 en la sabana de Bogotá, una primavera que llegaba con la frialdad peculiar de estas tierras, haciendo temblar las calles bajo una capa de 3 grados. A esa hora temprana, el aire gélido rozaba la piel como un recordatorio de que el esfuerzo y la disciplina no conocen excusas, y mucho menos para un aprendiz del running como Ismael, quien, sin importar las heladas, se adentraba en la niebla matutina, lleno de gratitud y respeto por el hombre que lo llevó a este mundo de esfuerzo y amistad, su maestro, el Runner Alex.
Desde siempre, Alex fue su fuente de inspiración, con frases contundentes que encendían los corazones aún adormilados de los corredores que llegaban al grupo. "Que la guerra parezca un descanso" era una de las preferidas, y aunque sonara dura, esas palabras se volvían un grito de batalla, una llamada al coraje. Alex le enseñó a Ismael y al resto del grupo que, más allá del cansancio, de las pruebas y de la fatiga, existía un lugar donde la mente y el cuerpo se alineaban con el verdadero espíritu del running.
Ismael, quien nos narra esta historia desde lo profundo de su alma, siempre ha sido llamado el "pupilo" de Alex. Su relación era más que una amistad, más que un compañerismo: era un vínculo fraternal que nació hace casi cuarenta años, en los patios del colegio. “No quiero verte caminar en las carreras,” le repetía Alex, con una firmeza que era casi un acto de amor. Hace apenas dos años que Ismael se sumó al grupo, luego de que una lesión en su rodilla lo alejara para siempre del fútbol, su pasión de juventud. Fue entonces cuando Alex, sin perder el tiempo, lo guio hacia una nueva disciplina que cambiaría su vida para siempre.
“Si estoy aquí es gracias a él,” dice Ismael, su voz temblorosa, cargada de gratitud y admiración. En el grupo de Trail Runners, él es el más reciente, el que lleva menos tiempo corriendo. No toma licor y prefiere escuchar y aprender de las historias de los demás, observando con humildad cómo otros más experimentados comparten sus lecciones y experiencias. Sin embargo, en estos dos años, ha aprendido el verdadero sentido de correr, algo que va más allá del simple movimiento de piernas. Para él, correr se ha convertido en un acto de superación, de resistencia, y, sobre todo, de comunión con sus compañeros, una comunidad de la que ahora se siente parte esencial.
Desde que eran niños de doce años, Ismael y Alex compartían una pasión: el deporte. En el colegio, se inscribían en cada equipo, en cada torneo, con una entrega que los hacía inseparables. Llegaron a ser campeones de fútbol de los Juegos Intercolegiados de San Cristóbal, donde vencieron a equipos que se creían invencibles. En las artes marciales también compartieron victorias y derrotas, cada entrenamiento siendo una aventura compartida, un pacto silencioso que los unía en una lealtad inquebrantable. Hoy, décadas después, siguen juntos, corriendo como en aquellos años, pero ahora con la experiencia y sabiduría que el tiempo les ha dejado.
Ismael recuerda la primera vez que corrió en un trail con Alex. Era un terreno complicado, donde el barro y las piedras parecían conspirar para frenarlo. En un momento, su cuerpo quiso rendirse, pero al ver a Alex avanzar sin detenerse, encontró fuerzas desconocidas dentro de él. “Si él puede, yo también,” pensó, y fue en ese momento que comprendió que Alex no era solo su amigo, sino un maestro en el sentido más profundo de la palabra. Al cruzar la meta, Ismael sintió algo más allá de la satisfacción personal; era una conexión con su amigo de siempre, una certeza de que el esfuerzo compartido los hacía más fuertes.
El monólogo de Ismael es un reflejo de lo que realmente significa el deporte: es vida, es solidaridad, y es un recordatorio de que en el camino de cada persona existen maestros como Alex, que inspiran con su ejemplo y nos enseñan a superar nuestros propios límites. El deporte no es solo una carrera ni un trofeo; es la construcción de vínculos, de sueños y de aprendizajes, y es una promesa de que, aunque el cuerpo envejezca, el espíritu siempre puede correr libre.
1 comentario:
Párrafos llenos de gratitud ante la vida, el valor de las amistades,los innumerables beneficios de ser deportista. Me alegra leer esas notas de historia de vida. Felicitaciones....felicitaciones.
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